jueves, 13 de marzo de 2014

Luchando por su libertad

Dembe y Machyo. Dos jóvenes ugandeses. Chicos de tez oscura y mirada profunda. Hijos comprometidos con sus familias. Estudiantes responsables. Dembe y Machyo. Dos jóvenes ejemplares. Ejemplares si no les hubiera tocado nacer en Uganda. Dembe y Machyo. Dos jóvenes ugandeses y homosexuales. Probablemente la peor combinación de adjetivos que puede existir.



Yoweri Museveni, presidente de Uganda
Desde que en febrero Yoweri Museveni, presidente de Uganda, reabriera la propuesta de ley antihomosexual de David Bahati, la situación de Dembe y Machyo se ha complicado aún más, si cabe. Si hace unos años se escondían con miedo a ser castigados por su condición, hoy luchan por salvar la poca libertad que les queda, pues a Museveni se le ha ocurrido endurecer las penas y condenar a 14 años de cárcel a todo aquel que muestre de forma directa o no su homosexualidad. 


Machyo, sentado frente al periódico, trataba de animar a Dembe, susurrando palabras de esperanza, entre las que el nombre de Barack Obama y sus intentos por detener al presidente ganaban un peso importante. Esta escena se sucedió día tras día, hasta que llegó el 24 de febrero, el horrible lunes en que llegó a oídos de Dembe que Yoweri Museveni había firmado la ley antigay que no sólo conllevaba la encarcelación para los homosexuales residentes en el país, sino que además castigaba con cadena perpetua a lo que fue denominado "homosexualidad agravada", en la que intervienen seropositivos, discapacitados o menores. Esa tarde Machyo y Dembe supieron que vivían en el peor país para ser homosexual. 

Protestas en Kenia en contra de la ley antihomosexual
Las protestas en otros países de las que se habían hecho eco los medios de comunicación ugandeses no habían servido para nada. Las palabras de presión de Obama no tuvieron efecto sobre las firmes ideas del presidente Museveni. La interrupción de las ayudas a Uganda por parte de muchos países europeos no consiguieron su objetivo. Entonces, tanto Machyo y Dembe como otros 500.000 homosexuales residentes en el país, temieron por su libertad, quisieron pensar que aquello no era más que un mal sueño. Aquel día negro en el que quien se hace llamar dirigente de Uganda, abría su boca para decir que los gays y lesbianas del Estado del que es responsable son como "mercenarios y lesbianas", convertidos a la homosexualidad por amor al dinero, aquel día negro en el que Museveni firmaba la ley que busca la condena de todos ellos, alguien se centraba en redactar una lista con nada más y nada menos que 200 nombres de homosexuales ugandeses, la cual sería publicada en el diario "RedPepper". 

Y ahí estaban Dembe y Machyo con el miedo extendido por todo su cuerpo, leyendo uno a uno los nombres de aquellos ugandeses y las terribles historias, probablemente fruto de la invención de algún pseudoperiodista, que contaba el diario sobre ellos. Leían rápidamente con la esperanza de no encontrarse en aquella lista, porque estaban seguros de lo que significaría para ellos. Pero esas esperanzas desaparecieron por completo cuando Machyo leyó el nombre de su compañero en aquellas líneas. Las lágrimas se apoderaron de ellos, y mientras se miraban, ambos pensaban en la violenta muerte de David Kato en 2011, importante activista defensor de los derechos de los homosexuales, después de que su nombre fuera publicado en un periódico ugandés acompañado de una sola palabra: "Colgadlos".

Portada del diario "Red Pepper"
Su suerte dependía entonces de la misericordia de su presidente, la cual, como el mundo entero había podido intuir, era cuanto menos, inexistente. ¿Qué hacer cuando se es buscado por una condición inevitable? ¿Correr es o no una opción en esa situación? ¿Es abandonarse a la suerte de un desconocido mejor que luchar por la libertad? Machyo y Dembe lo intentaron, convencidos de que si hacían algo para evitar la aceptación de aquella ley por parte del resto de los países, cambiarían un poco el mundo. Y aunque hoy no lo percibamos, las acciones de valentía Dembe y Machyo, símbolos de todos y cada uno de los homosexuales que han luchado por sus derechos en Uganda en los últimos años, obtendrán su objetivo en el futuro. 


Homosexualidad en África

Mapa de leyes antihomosexualidad en África

Mientras en el mundo desarrollado se avanza hacia la igualdad y la tolerancia en lo relacionado con la homosexualidad, la homofobia en África gana terreno a las actitudes tolerantes y progresistas de países como Sudáfrica, que se distancia del resto del continente en esta materia, pues permite el matrimonio entre personas del mismo sexo. En el resto de los países africanos, se puede llegar a condenar la homosexualidad con prisión o incluso pena de muerte, y aunque en determinados territorios no existe ley antihomosexual, las prácticas homosexuales están mal vistas. 
Ahora sólo cabe esperar que en el futuro próximo, los países africanos rechacen la opción de endurecer las penas contra la comunidad gay para caminar hacia la tolerancia que simboliza Sudáfrica en este continente olvidado.






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